La eterna vigencia de Federico García Lorca Por Laura Ventura | Para LA NACION

"El teatro ha de recoger el drama total de la vida actual. Un teatro nutrido sólo con la fantasía no es teatro. Es preciso que apasione", escribía Federico García Lorca antes de que su apellido fuese sinónimo de teatro clásico con un rumbo preciso, un don y un carisma únicos que explican su eterna vigencia en Buenos Aires.
Así es. El teatro de Lorca siempre goza de un lugar destacado en los escenarios porteños, pero por estos días esto se nota de manera especial. Casi como si fuese un homenaje no consensuado, una gran cantidad de realizadores mantienen vivo el espíritu del poeta y autor granadino. Entre ellos, José María Muscari, quien presenta a sala llena La casa de Bernarda Alba (Regina), protagonizada por Norma Pons y un atractivo elenco integrado por Andrea Bonelli, Valentina Bassi, Adriana Aizemberg, Florencia Raggi, Martina Gusmán, Mimí Ardú, Lucrecia Blanco y Florencia Torrente. La acogida del público fue tal que esta versión se mudará a Mar del Plata y desde el 1° de enero se presentará en el Güemes. También Mariano Dossena -joven y talentoso adaptador- presenta un espectáculo basado en los famosos versos de Poeta en Nueva York (La Mueca); se trata de un unipersonal a cargo de Gustavo Pardi.
Mariana Pineda , por su parte, habita el escenario del IFT, en una versión dirigida por Martha Garavano. Otra propuesta es Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín (Garrick), dirigido por Ezequiel Molina. Además, Jorge Eines acaba de despedir la temporada de Bodas de sangre(Apolo), interpretada por su compañía Tejido Abierto..

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